Vengo a ti con los silencios de mi entrega, en una visita inesperada pero repetida, no te culpo por escapar, sé que estás en todo tu derecho, pero al menos déjame una nota, no te vayas sin saber cuánto te desprecio, que los demonios en mi interior extrañan mis súplicas, para divertirse mientras te veo y no puedo hacer más que decir "te espero"... aprendo del sol, de la omnipresencia que dura medio día, no es del todo perfecto, pero para mí es suficiente, me basta con el calor que llega a mi piel y la reanima, no necesito más para decirte lo absurda que eres, no sabes mentir, se te nota en el aliento aquel que ni un millón de vasos repletos de whiky podrán remediar...
admítelo, soy poca cosa para ti, no te bastó con que me convirtiera en el perfecto jardinero de tus espinas, aquellas que ansiaban lacerar mi piel y disfrutar con el remedo de sangre que brotaba de mis venas, alimento que no sacia, pero llena... enséñame los brazos, quiero ver las marcas de tu perdición, de la blanca fantasía que te está matando a fuego lento, el mismo fuego que le da vida, entre el humo plateado que esparces por doquier, no eres más que una enferma en el papel de víctima... sabes que te mereces ese y muchos adjetivos más. Porque hubo un día en el que te advertí, no quisiste escuchar y ahora pagas caro la osadía, ya no estoy para ayudarte en el camino, volé lejos, hacia donde el idioma que creamos no combina y se pierde tristemente bajo el viento...
hoy vuelvo hacia tus pies para lavarlos con mis lágrimas, no te confundas, no es señal de rendición, es sólo el invierno de mis años que pregona frases agrias como yo, aguardo en ti un atisbo de sinceridad, una marca leve de arrepentimiento, sé que no me los darás pues buscas en ti respuestas interrumpidas, no sabes de mí más que lo que guardé exclusivamente para ti, porque algo me decía que tú no venías, y eras simplemente una ilusión... de qué me sirve hablarte ahora, si (para mí) estás muerta, no vale de nada, estoy perdiendo el tiempo...
ALTER EGO
admítelo, soy poca cosa para ti, no te bastó con que me convirtiera en el perfecto jardinero de tus espinas, aquellas que ansiaban lacerar mi piel y disfrutar con el remedo de sangre que brotaba de mis venas, alimento que no sacia, pero llena... enséñame los brazos, quiero ver las marcas de tu perdición, de la blanca fantasía que te está matando a fuego lento, el mismo fuego que le da vida, entre el humo plateado que esparces por doquier, no eres más que una enferma en el papel de víctima... sabes que te mereces ese y muchos adjetivos más. Porque hubo un día en el que te advertí, no quisiste escuchar y ahora pagas caro la osadía, ya no estoy para ayudarte en el camino, volé lejos, hacia donde el idioma que creamos no combina y se pierde tristemente bajo el viento...
hoy vuelvo hacia tus pies para lavarlos con mis lágrimas, no te confundas, no es señal de rendición, es sólo el invierno de mis años que pregona frases agrias como yo, aguardo en ti un atisbo de sinceridad, una marca leve de arrepentimiento, sé que no me los darás pues buscas en ti respuestas interrumpidas, no sabes de mí más que lo que guardé exclusivamente para ti, porque algo me decía que tú no venías, y eras simplemente una ilusión... de qué me sirve hablarte ahora, si (para mí) estás muerta, no vale de nada, estoy perdiendo el tiempo...
ALTER EGO
