disfrazo la luz que dibuja sombras a mi alrededor, para no espantar la tranquilidad que ha venido para observarme frente a mis manos con ansias de crear caprichos, dudando ante toda la gama de posibilidades me levanto de la silla-acalorada rumbo a la cocina, con pasos lentos encierro el caminar por el filo de la mesa, aquel círculo inmenso rodeado de sillas mudas, voy despacio pues todos están durmiendo; mi objetivo es encontrar algo para tomar: muero de sed en esta noche de silencio.
Frente al congelador, el cual abro con cuidado, examino sin prestar mucha atención el contenido: me concentro en mi objetivo, hurto un sorbo de yogurt y sin chistar me abalanzo sobre la botella que no me espera, tomo un vaso desprotegido y lentamente quito la tapa del pico, vierto el contenido en aquel vaso solitario como yo e intento saciar la sed, me agasajo con el choque del relampagueante gas muriendo en mi boca, bebo a trancadas y cuando el vaso queda vacío me percato de que la sed aún me fustiga los sentidos... no hay más remedio que regresar a la botella y acabar con su traicionero contenido, aunque muera al amanecer...
Alter-Ego
.
