...me encuentro caminando por entre la gente y una urbe nueva para mí se levanta frente a mis ojos, reparo en que no me encuentro en algun lugar conocido, ergo, he viajado y llegado a destino sin recordar el trayecto, una pregunta inmediata empieza a retumbar en mi cabeza: ¿dónde estoy?
camino rumbo a unas escaleras inmensas, de aspecto interminable, me pierdo entre la gente que toma el mismo destino, de pronto recuerdo que no estoy solo, ¡vine acompañado!... detengo la marcha y vuelco la mirada hacia atrás, al paisaje que observo sigue siendo ajeno, maximizado en perspectiva por la altura en la que me encuentro, las personas abajo parecen pensamientos tratando de encontrar el camino en una mente confundida, cansada, como la mía... de pronto fijo la mirada en un pequeño grupo, un rostro me es familiar, a pesar de saber que es la primera vez que esos centellantes ojos negros se cruzan con los míos...
un abrazo del alma nos recibe en el encuentro, la distancia inmediata para estudiarnos con la mirada, sonrisas al instante, y las manos que no se separan, brazos estirados y mis ojos que surcan su figura, tan cándida, tan sencilla... frescura al viento, felicidad encarnada, ese rostro! cuánta tranquilidad me inspira, divina sensación al roce de su mano, con la brisa de su rostro, el cabello largo volando con desprolija coquetería, muero y regreso en un instante, disfruto de la vista a plenitud...
un abrazo y una despedida, caminos cruzados simplemente, retoma el paso y se aleja de mí, me invade el vacío, incertidumbre, tengo que continuar en mi trayecto (pero no quiero) la miro partir, con pasos danzantes, espléndida figura, cautivadora silueta, me quedo a contemplar la huida, el silencio me hace presa de una vorágine de pensamientos... otro viaje me espera, aguardo destino
... llegado al nuevo mundo, con la confusión de costumbre, palabras van, palabras vienen, gente que camina, gente que pasa tras de mí, sombras a mis pies... aguardo el encuentro en este nuevo aire, con la nostalgia del recuerdo, con las manos extendidas, busco en el mirar y no encuentro su figura, aguardo impaciente, capítulo que no se repite, vago entre los cuerpos, camino sin direccion, avanzo, retrocedo, pregunto y muero...
un rostro familiar vuelve hacia mí, no es quien esperaba pero tiene algo que decir, un mensaje que no espero, corro hacia su encuentro, interrogo a sus ojos que con el perfil bajo y sin ánimos de hablar ha de decirme lo que yo no quería escuchar, la mala noticia que había de temer, incrédulo, con la negación hecha un nudo en la garganta, dejo que la desazón me invada: aquellos centelantes ojos negros no vendrán... y en el recuerdo inmenso surge una demanda: dejé que se fuera? no corrí tras de ella, partió y yo no la seguí...
una avalancha de dudas y preguntas me persigue, mezcla de emoción que me perturba, tan familiar y tan ajena a la vez, tan cercana y tan distante, dejé escapar al sueño que esperaba, como una suave brisa en madrugada... caigo de rodillas sin aliento
pero aquella voz que pronunció lo que no quería, vuelve a susurrar en mi oido, una respuesta para mil preguntas, una palabra que es el principio de todo, la esperanza regresa, nuevas fuerzas llegan, un camino he de recorrer, una luz que aparece, un eco que crece, una sensacion que me envuelve, como la bruma en madrugada... "Bruma" ése es su nombre...
imagen:
Fuente.