lunes, enero 26, 2009

XLV [EsPejismo]



escuhé su confesión con los oídos puestos en su voz confinada al pasado,
pude sentir su timbre apagado, como cuando las palabras no salen de la garganta sino del pensamiento, agudicé los sentidos para mantener el contacto:

"siempre quedará en mi mente aquella sensación, con los sábados de invierno en las mañanas y el ruido del noticiero en el televisor... un vacío que no sé si habrá ocasión de llenar, un anhelo que viene y va... "

a medida que el discurso recorría el viento, esa voz dubitativa se iba perdiendo en la oscuridad de la habitación, hasta desaparecer por completo, hasta darme cuenta que ya me encontraba solo y que no existía nadie más que mi figura frente al espejo