Inicia la cuenta hasta tu llegada, a ojos cerrados y sin más que la luz cortando la ventana espero... atrás quedaron los disturbios del mundo, las voces que reclaman para sí codicias perpetuas, no hay ratro de sus huellas, sólo el silencio llena el espacio que cada vez es más pequeño... hay angustia que sazona la travesía...
corren los pasos, atonlodrados y sin detenerse causan un ruido ensordecedor, cuánto quisiera acompañarte en el viaje, para cobijar tus manos, para detener las sombras que persiguen tu rastro... es un día como muchos otros en la memoria, repetidos el vacío y la culpa: sentimiento que se arraiga entre mis piernas, condenándome a este círculo sin fin...
hay locura entre mis ideas, hay pasión que las encierra, pero sólo es eco la caricia que regresa, distante de mí, escapando a ciegas, calculando el tiempo, adivinando los segundos que caen en el tintero, a cuentagotas... imprecisos los hilos de este detino marchito, de este cuento sin sentido que se vuelve música sólo porque lo he pedido... capricho tuyo, licor que enfría el ánimo, padece de saciedad reseca, mata el animal que llevo dentro...
y en la oscuridad del ocaso nocturno, soy prisionero de una vida corta, con los días sin nombre, con las horas perdidas, no hago más que lamentar la huida, pues mis pies no responden al llamado mudo de un suspiro, negativa recurrente:
ARTILUGIO DISFRAZADO PARA AHUYENTAR A LOS CURIOSOS
donde todo es amargura, no tiene cabida el resplandor de sus miradas, ojos esquivos dan vuelta hacia otros senderos, el mío no será transitado, hay cielo hueco sobre mi cabeza, nubes de preocupación, trayectorias erróneas que cruzan el aire, la carga a mis espaldas está reservada para alguien que no ha de llegar, el viaje es largo, los riegos muchos, meticulosa ansiedad que posterga su arribo, hoy no hay salida... el azul está difuso
corren los pasos, atonlodrados y sin detenerse causan un ruido ensordecedor, cuánto quisiera acompañarte en el viaje, para cobijar tus manos, para detener las sombras que persiguen tu rastro... es un día como muchos otros en la memoria, repetidos el vacío y la culpa: sentimiento que se arraiga entre mis piernas, condenándome a este círculo sin fin...
hay locura entre mis ideas, hay pasión que las encierra, pero sólo es eco la caricia que regresa, distante de mí, escapando a ciegas, calculando el tiempo, adivinando los segundos que caen en el tintero, a cuentagotas... imprecisos los hilos de este detino marchito, de este cuento sin sentido que se vuelve música sólo porque lo he pedido... capricho tuyo, licor que enfría el ánimo, padece de saciedad reseca, mata el animal que llevo dentro...
y en la oscuridad del ocaso nocturno, soy prisionero de una vida corta, con los días sin nombre, con las horas perdidas, no hago más que lamentar la huida, pues mis pies no responden al llamado mudo de un suspiro, negativa recurrente:
ARTILUGIO DISFRAZADO PARA AHUYENTAR A LOS CURIOSOS
donde todo es amargura, no tiene cabida el resplandor de sus miradas, ojos esquivos dan vuelta hacia otros senderos, el mío no será transitado, hay cielo hueco sobre mi cabeza, nubes de preocupación, trayectorias erróneas que cruzan el aire, la carga a mis espaldas está reservada para alguien que no ha de llegar, el viaje es largo, los riegos muchos, meticulosa ansiedad que posterga su arribo, hoy no hay salida... el azul está difuso
ALTER EGO